Es difícil resistirse al encanto de un zapato de tacón. Sabemos lo mucho que pueden doler si se usan durante un tiempo prolongado, pero su capacidad para hacernos más altas, más delgadas y más femeninas es una tentación a la que rara vez logramos renunciar. Hay mujeres que los usan todos los días, otras solo en determinadas ocasiones, otras que los evitan por no renunciar a la comodidad o por miedo al dolor.
Ya sea que sea un veterano o un novato, sin embargo, en algún momento, se sentirá el dolor. Los tacones, especialmente los de punta, no están pensados para llevar todo el día y es buena idea alternarlos con otro tipo de calzado para evitar problemas crónicos como el hallux valgus o el dolor de espalda.
Pero cuando queremos llevarlos lo correcto es buscar la forma de hacerlos lo más cómodos posible. “¿Como?” Elegir el calzado adecuado, de calidad y adecuado a nuestro pie y adoptar una serie de pequeños trucos que nunca te harán decir: “¡Qué ganas de volver a casa!”
Así que vamos a descubrir 12 trucos para que los zapatos de tacón sean más cómodos:
1) Elige la altura adecuada
A todas nos encantaría que la modelo de Victoria’s Secret desfilara sobre una plataforma de tacón 15 pero tenemos que ser realistas. Si no estamos acostumbradas a andar con tacones es mejor optar por un tacón bajo o medio: 5 cm son suficientes para que el tobillo sea ópticamente más fino y esbelto. Además, un tacón más bajo hará que caminar sea más fluido y relajado y te permitirá usar zapatos incluso por períodos más largos.

2) No ignores el tamaño del tacón
Además de la altura, mucho también depende del grosor del tacón. Incluso si tienen una altura modesta, un tacón de aguja puede ser difícil de manejar si no estás acostumbrado. Lo ideal es ir acostumbrándose al pie poco a poco y luego empezar con tacones bajos y anchos y luego, poco a poco, probar con tacones cada vez más altos y finos, hasta llegar al stiletto. La mayor superficie garantiza un mejor equilibrio al reducir la incomodidad y garantizar un andar suave incluso en suelos irregulares.

3) Suela fina o meseta
Ha habido épocas históricas en las que la suela fina era la maestra, otras en las que solo se veían mesetas. En los últimos años, afortunadamente, la moda tiende a diversificar la oferta que va más allá de las últimas tendencias para garantizar una elección de modelos muy variada. Los zapatos con suela fina de cuero suelen ser los más refinados y elegantes pero, si el tacón es muy alto, la planta del pie sufrirá causándote dolor al cabo de un rato. La suela de goma o unos pocos centímetros de meseta garantizan un mayor confort y por tanto una mayor tolerabilidad del talón durante más tiempo.

4) Elige el modelo más cómodo
Sabot, slippers y escote son sin duda los modelos más sexys y femeninos pero también los más insidiosos. El riesgo de que el zapato se resbale es alto, al igual que el peligro de torceduras. Si no estás acostumbrada a los tacones o sabes que tienes que caminar mucho entonces es mejor preferir modelos cerrados o sandalias con cordones en los tobillos. De esta forma el pie se adhiere perfectamente a la suela y el tobillo quedará suficientemente trabado.

5) Cuñas como alternativa
Las cuñas son una gran alternativa a los tacones. Son cómodos, estables y permiten sumar centímetros a la figura sin renunciar a la practicidad. Los hay de todos los tipos y, gracias a su forma, pueden alcanzar alturas considerables sin forzar demasiado el pie. Quedan perfectos tanto en verano como en invierno, quizás debajo de unos pantalones acampanados a los que no te verás obligada a dobladillo.

6) Elige el número correcto
Puede parecer trivial, pero en realidad elegir el número correcto no siempre es fácil. Dependiendo del modelo o marca puede que tengas que optar por un número más o uno menos del que se lleva habitualmente. Los zapatos de tacón deben quedar ajustados al pie. Si aprietan o si el pie se mueve, las ampollas y el dolor son inevitables. Por lo tanto, es mejor probarlos siempre antes de comprarlos o confiar en las tablas del comercio electrónico midiendo cuidadosamente el pie.

7) Difunde los zapatos estrechos
A pesar de todas las precauciones, a menudo nos encontramos con zapatos demasiado ajustados. Esto pasa porque los compramos en un momento en que nuestros pies estaban desinflados, quizás por la mañana o en invierno, cuando el pie suele estar más flaco por el frío. Para agrandarlos, sin embargo, existen 2 métodos fáciles y efectivos. Si los zapatos son de piel o ante, lo ideal es llevarlos con un calcetín grueso y calentarlos con el secador para que el calor los ablande. Si por el contrario el material lo permite, pon una bolsa helada llena de agua dentro de los zapatos y luego déjalos en el congelador por unas horas. El agua se convertirá en hielo expandiéndose y ensanchando así los zapatos.

8) Plantillas y almohadillas de gel
Si de verdad no puedes renunciar a la elegancia del escote puntiagudo con la suela finísima, puedes mitigar las molestias del pie con plantillas de gel capaces de amortiguar los golpes entre la planta y el suelo. Si por el contrario el zapato es ligeramente ancho, puedes bloquear y proteger el pie introduciendo una almohadilla en la parte del talón para evitar la aparición de las molestas ampollas del roce.

9) El zapato adecuado para cada ocasión
Aunque adoptemos una buena cantidad de estrategias, no podemos ignorar nuestro estilo de vida, nuestros compromisos, los lugares a los que nos movemos. Si usamos tacones en el trabajo tendremos que evaluar cuánto tiempo pasamos de pie y cómo llegamos al trabajo. Lo mismo ocurre con todos nuestros lanzamientos. Los zapatos deben ser nuestros aliados por lo que la regla es esta: ¡nunca uses zapatos nuevos fuera de casa! Antes de usarlos afuera, los zapatos deben usarse en casa porque primero debemos suavizarlos, adaptarlos a nuestro pie, comprender cuánto tiempo podemos usarlos sin sufrir. En general, cuando sepa que tiene que caminar mucho, use zapatos usados y confiables.

10) Buenos hábitos para aguantar los tacones altos
Además de elegir el calzado adecuado y utilizar plantillas y almohadillas de gel, es fundamental adoptar algunos hábitos sencillos para tolerar los tacones altos. En primer lugar, no te quedes quieto por mucho tiempo. La posición asumida con el talón tiende a penalizar la circulación por lo que es bueno moverse (incluso en el sitio) para evitar dolores. Por la misma razón, trate de mantener los dedos de los pies en movimiento dentro del zapato. Si es necesario, quítese periódicamente los zapatos (quizás debajo de la mesa o el escritorio) y masajee suavemente las pantorrillas para aliviarlo.

11) Los trucos de pasarela
Durante los desfiles de moda, las modelos cambian una gran cantidad de zapatos nuevos y, a menudo, ni siquiera son de su talla. Para resistir el dolor y prevenir caídas se suelen utilizar estos 2 trucos. El primero es atar los dedos. Vendar los dedos 3 y 4 con cinta quirúrgica alivia la presión de los nervios, haciendo más llevaderas las molestias. El segundo, en cambio, es rugoso la suela (sobre todo si es de piel) para tener más agarre y evitar resbalones. Puedes hacerlo con papel de lija o grabando una especie de tablero de ajedrez con unas tijeras puntiagudas.

12) Cuida tus pies
Los pies sanos y bien cuidados ciertamente se ven menos afectados por las consecuencias de los tacones. Si tu piel está seca y agrietada, lo más probable es que se dañe. Por ello es bueno realizar baños de pies periódicos, utilizar piedra pómez y un producto hidratante. Puedes utilizar la misma crema que aplicas en los pies por dentro de los zapatos de piel , aplicándola con un paño, para suavizarlos. Por último, hay que cuidar las uñas y cortarlas rectas para evitar que se encarnen.
